Segundos que se hacen eternos

Cuando sentado en esa silla los segundos se hacen eternos, las voces de la esquina, lejanas, las cuerdas parecen encogerse y los guantes aprietan más, es tu corazón quien te da el consejo, levantarte y golpear. Para eso subiste ahí.
Fotografía y Texto: Montse Castillo