Pablo Fuego

Después de 7 años entre las cuerdas hay algo que todavía sigue sorprendiéndome. Ver en cada retrato como algunos boxeadores transforman su forma de ser, su físico. su habilidad, su fuerza y dejar constancia de ello. La inmensa mayoría ven ese cambio cuando estos deportistas pasan a denominarse profesionales porque los miran con otros ojos, pero pocos son conscientes del proceso de transformación.
Posiblemente ese sea uno de los motivos que me mantienen fiel a los deportes de contacto.

Pablo Fuego, Boxeador profesional del peso súper ligero poco antes de disputar el cinturón WBC Latino

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Fotografía y Texto © Montse Castillo

Paso a paso

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Paso a paso. Moviéndome genero energía, cambio, evoluciono. Paso a paso, esa es la idea. Cuando empiezo un camino siento incertidumbre, cuando estoy arriba siento vértigo, cuando voy muy deprisa siento las descargas de adrenalina, cuando el ritmo baja siento el fuerte deseo de hacer algo,  y si llevo mucho tiempo en la misma dirección ese deseo es el de hacer algo nuevo. Sólo hay una cosa que no cambia,  y es que siempre estoy en movimiento.
La clave para sentirme viva, mis pies.
Mi idea de la felicidad… sentir más, desear un poco menos.

Fotografía y Texto: Montse Castillo

Entre tú y Dios, me quedo contigo

Algo tan importante en tu vida no lo dejas en manos del azar. Tampoco lo dejas en manos de una fuerza suprema que si las cosas se ponen feas extienda su mano y golpee por ti o te levante de un KO antes de acabar la cuenta. No lo haces. Pones tu carrera en manos de quien confías. Aquel al que puedes mirar fijamente a los ojos, oir sus palabras cargadas de experiencia, sentir el abrazo antes de salir al “infierno” y la mano en tu hombro cuando las cosas se tuercen. Aquel que día a día desde hace años ha hecho de ti el boxeador que eres.
Fotografía y texto: Montse Castillo

¿Estás preparado?

El apoyo es importante. La esquina es fundamental. Pero es este momento el que define lo que vas a ser ahi arriba. Te encuentras tú y delante de ti nada. Todo lo que piensas y dices rebota hacia a ti. Tus miedos, tus nervios, tu excitación. Nadie mejor que tú puedo comprenderlo. Aceptar, asimilar, controlar. Ahora sí. Estás preparado.